El acuerdo cerrado este jueves entre la UE y Reino Unido prevé que Irlanda del Norte mantenga ciertas normas del mercado único europeo pero forme parte del territorio aduanero del Reino Unido. De este modo, los controles aduaneros se efectuarán en el punto de entrada a este territorio británico y no en la República de Irlanda. Tambien contempla que sea revisable en 4 años por la Asamblea de Irlanda del Norte para evitar una frontera física en la isla de Irlanda, a partir del periodo de transición posterior al Brexit. Será Reino Unido el encargado de aplicar las normas aduaneras de la Unión Europea en Irlanda del Norte.
Junto a los controles de mercancías se ha fijado tambien la cuestión de las tarifas aduaneras, ya que Irlanda del Norte será al mismo tiempo parte del mercado único comunitario y territorio del Reino Unido, con lo que podrá beneficiarse de los futuros acuerdos comerciales que cierre RU tras su salida. Tambien Gran Bretaña podrá aplicar aranceles británicos a aquellos bienes que entren a Irlanda del Norte, pero no corran el riesgo de acabar en el mercado único europeo, es decir, en alguno de los 27 Estados miembros. Para estos últimos, Reino Unido tendrá que aplicar los aranceles de la UE.
Bruselas y Londres también han logrado resolver la
cuestión del IVA, que se había convertido en el último escollo para
cerrar el acuerdo en las últimas horas, “para evitar distorsión de la
competencia en el mercado único de bienes”.
La nueva solución pactada entrará en vigor una vez finalizado el periodo de transición posterior al Brexit, en el que se seguirán aplicando las leyes comunitarias en todo el Reino Unido. Probablemente a finales de 2020, aunque podría prolongarse uno o dos años más si Londres y Bruselas así lo pactan de forma conjunta.
Nota de Prensa de la Comisión