La Unión Europea y Canadá han firmado el tratado bilateral de libre comercio —CETA en inglés—, el mayor acuerdo comercial firmado hasta ahora por Bruselas, que elimina la práctica totalidad de los aranceles que gravan los intercambios entre ambas potencias y prevé efectos positivos para el crecimiento y el empleo.
Bruselas estima que tendrá un impacto favorable para el PIB europeo de 12.000 millones de euros anuales, mientras que los beneficios para Canadá serán proporcionalmente mayores: Europa es su segundo socio comercial solo por detrás de Estados Unidos —Canadá es el duodécimo para la UE—, y sus empresas mejoran el acceso a un mercado de 508 millones de consumidores.
El Acuerdo respetará plenamente las normas europeas en áreas como la seguridad alimentaria y los derechos de los trabajadores. También incluye todas las garantías necesarias para que el beneficio económico no vaya en detrimento del medio ambiente o la salud y seguridad de los consumidores.