En un nuevo paso hacia el consumo ecológicamente responsable, Francia dispuso que a partir del 2023 la ropa tendrá que llevar una etiqueta que brinde información exacta y completa sobre su producción.
Esta medida implica informar sobre el origen de las materias primas, las sustancias utilizadas para el teñido y las fuentes de energía utilizadas en su producción entre otros datos.
Actualmente, la Agencia Francesa para la Transición Ecológica (Ademe) está analizando diferentes propuestas para recopilar esa información tomando como base 500 prendas que se comercializan hoy en el país.