En un momento en el que Europa necesita más innovación para mantener su competitividad a nivel global, la estandarización puede ser el puente entre la investigación, la innovación y el mercado, aportando en su momento beneficios económicos significativos. Según el Banco Mundial, uno de los efectos más importantes de los estándares es el aumento en la productividad y la eficiencia de las innovaciones.