La Unión Europea ha comenzado a debatir los detalles del periodo posterior a la salida de Reino Unido y ha trazado las primeras líneas rojas que marcarán el periodo entre el adiós británico (30 de marzo de 2019) y la entrada en vigor de la relación futura (previsiblemente en 2021). Liderada por Francia y Alemania, la UE deja claro que Londres no podrá participar en ningún órgano de decisión europeo desde el momento en que salga del club.
El periodo de transición, una demanda británica aceptada por Bruselas va a resultar más compleja de lo que parecía. Las fuentes diplomáticas y comunitarias consultadas alertan de que será difícil dar forma legal a una etapa en la que Londres tendrá todos los derechos y obligaciones de pertenencia a la UE (presupuestos, mercado único, libre circulación de personas…), pero ninguna representación institucional.
Los grandes países europeos, entre ellos Francia y Alemania (también España), están decididos a dejar muy claro a la ciudadanía que cualquier encaje de Reino Unido con Europa posterior al Brexit debe ser menos beneficioso que la pertenencia actual. En la cumbre europea de diciembre que dio el visto bueno a la fase 1, Alemania mostró sus reservas hacia la postura de Reino Unido que plantea una relación especial y privilegiada, pero sin mercado único ni unión aduanera.
Cartas de alerta a las empresas británicas
Los planes de emergencia por si el Brexit acaba siendo poco amistoso han llegado a las empresas británicas de 15 sectores económicos, que recibieron entre noviembre y diciembre cartas oficiales que les instaban a prepararse para la salida, con la necesidad de asumir que Reino Unido será “un país tercero” a partir de marzo de 2019. Eso las despojará del derecho automático a operar en el mercado único y deberán abrir sedes en la UE si desean garantizar la continuidad de sus negocios en suelo europeo.