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ENVASES ACTIVOS, LO ÚLTIMO (O PENÚLTIMO) EN PACKAGING ALIMENTARIO

Los envases activos responden a un tipo de packaging que incorpora al envase algún elemento secundario, normalmente una sustancia o un componente activo, para que al interactuar con el alimento tenga un efecto beneficioso sobre el mismo.

El objetivo de este tipo de envasado activo es preservar (e incluso mejorar) la seguridad alimentaria, las propiedades sanitarias y nutricionales del producto, a la vez que se consigue mejorar su conservación e incrementar su vida útil. Todo ello, sin afectar a la calidad final: se trata de un ‘3×1’ del que se benefician tanto los fabricantes, como las empresas comercializadoras y los consumidores.

Clases de envases activos

Existen distintos tipos de sistemas de envases activos en función del tipo de interacción que mantiene con el alimento que contienen.

Envases Absorbentes

Llamados así porque absorben y neutralizan gases que pueden afectar negativamente a la maduración del producto y, por tanto, acortar su vida útil. Actúan sobre gases como el oxígeno, el dióxido de carbono o el etileno, en la humedad o los exudados y también eliminan olores desagradables, adecuados para los productos frescos.

Envases Emisores

Siguen el proceso inverso a los absorbentes: los envases liberan una serie de sustancias que, al entrar en contacto con el alimento, sirven para protegerlo y preservarlo. Las principales son: antimicrobianos, enzimas, aditivos o antioxidantes.

Envases Reguladores de temperatura

Poseen la capacidad de controlar la temperatura de los productos. Son envases “autoenfriables” o “autocalentables”, es decir, proporcionan al usuario la autonomía para consumir el producto en cualquier momento y con independencia de donde se encuentre, ya que no necesita recurrir a un frigorífico o a un microondas para que el alimento alcance la temperatura adecuada para su ingesta.

Sistemas que regulan el entorno gaseoso del producto envasado

Se basan en el control del dióxido de carbono, oxígeno, humedad, aroma, etileno o presión.

Ventajas de los envases activos

Entre las ventajas que aportan los envases activos destaca la ya mencionada capacidad para mejorar las condiciones sanitarias y de seguridad de los alimentos, un factor que en la actualidad tiene un gran peso en la lista de prioridades de los consumidores a la hora de decantarse por una determinada marca o producto.

 

La mayor durabilidad de los alimentos que ofrece este tipo de envasado es la otra característica que lo hace especialmente interesante. Un rasgo que entronca directamente con la economía circular, ya que, no solo permite al usuario ahorrar en la cesta de la compra, sino que contribuye a paliar uno de los grandes problemas a los que se enfrentan las sociedades avanzadas: el desperdicio de alimentos. 

Fuente: www.ecoembesthecircularcampus.com

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